En Macedonia del Norte, las mujeres que ocupan puestos públicos son frecuentemente víctimas de discursos de odio, una problemática que se ha intensificado en los últimos años. Este fenómeno no es exclusivo de este país de los Balcanes, pero las cifras locales resaltan la gravedad de la situación. Según estudios recientes, las mujeres que desempeñan cargos en la vida pública, ya sea en política, medios de comunicación o activismo, están constantemente expuestas a ataques verbales y amenazas.

Desigualdad en el debate público

Un informe realizado por varias organizaciones no gubernamentales ha evidenciado que el entorno digital es uno de los principales escenarios donde se manifiestan estas agresiones. En Macedonia del Norte, la mayoría de estos ataques en línea contra mujeres se centran en descalificaciones de género y amenazas de violencia. El incremento de estos ataques refleja una falta de protección y de medidas eficaces para combatir el discurso de odio basado en género.

Estos son algunos de los principales hallazgos del estudio:

• Cerca del 70% de las mujeres en puestos públicos han experimentado algún tipo de discurso de odio.
• Más del 50% de los ataques son realizados a través de redes sociales.
• El 30% de las mujeres han recibido amenazas de violencia física.

El impacto de estos ataques no solo afecta a las mujeres de manera personal, sino que también tiene implicaciones más amplias en cuanto a la igualdad de género y la participación democrática. Las mujeres, al ser blanco de estas agresiones, pueden verse desincentivadas a participar en la vida política o a expresar sus opiniones públicamente.

“No podemos hablar de una democracia real cuando las mujeres son silenciadas a través del miedo y la intimidación,” comentó una activista en Skopje.

El gobierno de Macedonia del Norte ha sido criticado por no proporcionar suficientes salvaguardias legales para proteger a las mujeres de este tipo de violencia, lo que subraya la necesidad urgente de políticas públicas efectivas que aborden este problema. Las organizaciones de la sociedad civil instan a una cooperación interinstitucional para desarrollar estrategias que ayuden a erradicar el discurso de odio y promover un entorno más seguro para las mujeres en el ámbito público.