En México, aunque existe una firme postura contra el uso del maíz transgénico para el consumo humano, se sigue permitiendo su importación y utilización en el sector pecuario. Este contraste provoca un debate sobre las políticas alimentarias y el impacto en la salud pública y el medio ambiente.

El Uso del Maíz Transgénico en la Producción Pecuaria

Las importaciones masivas de maíz, mayoritariamente transgénico, desde Estados Unidos han sido esenciales para satisfacer la demanda de la industria pecuaria mexicana. Este tipo de maíz es utilizado principalmente en la alimentación del ganado, aves y cerdos, lo que supone un importante porcentaje del consumo total de maíz en el país. Las cifras son elocuentes:

• El 60% del maíz importado es utilizado para la alimentación animal.
• El 43% del consumo nacional de maíz es cubierto por importaciones de Estados Unidos.

Las organizaciones en defensa del maíz nativo han manifestado su preocupación por esta práctica. Los defensores argumentan que, aunque el maíz transgénico se destine al ganado, no está exento de implicaciones para la salud humana y el medio ambiente debido a su potencial para contaminar cultivos vecinos.

El presidente de una coalición indígena expresó sus inquietudes, resaltando la importancia de proteger el maíz nativo:

“Es fundamental mantener intacta la riqueza de nuestras variedades de maíz, que son parte integral de nuestra cultura y alimentación.”

El debate sobre el uso de maíz transgénico se intensifica en el contexto de las negociaciones comerciales entre México y Estados Unidos, especialmente bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Las partes interesadas están divididas entre la necesidad de cumplir con los compromisos internacionales y la protección de la biodiversidad y la calidad de la alimentación en México.

La discusión sobre la regulación del maíz transgénico está lejos de concluir, pues su impacto no solo se limita al ámbito económico, sino que también toca fibras sensibles relacionadas con la identidad cultural y la soberanía alimentaria del país.