Después de un intenso debate, el Congreso del Estado de Quintana Roo acordó retrasar la implementación del nuevo impuesto a pasajeros de cruceros, que estaba programado para entrar en vigor el 1 de noviembre. La moratoria de seis meses fue una decisión tomada para permitir más tiempo de análisis y ajustes necesarios, según las autoridades estatales.
Razones detrás de la moratoria
La propuesta del impuesto ha sido controversial desde su anuncio. Originalmente, el plan buscaba cobrar un monto de 20 dólares por pasajero que desembarcara en puertos de Quintana Roo, con el objetivo de generar recursos adicionales para infraestructura turística y otros servicios. Sin embargo, el gremio de la industria de cruceros expresó preocupaciones significativas respecto al impacto económico y la competitividad de los destinos del Caribe mexicano.
Durante la sesión legislativa en la que se tomó la decisión, varios diputados mencionaron la importancia de encontrar un equilibrio entre el fomento del turismo y la necesidad de ingreso adicional para el estado. El gobernador, Mara Lezama, también ha sido citado diciendo que el diálogo con todos los sectores involucrados es crucial para llegar a una solución favorable:
“Queremos que Quintana Roo siga siendo un destino atractivo, pero también debemos asegurar un crecimiento sostenible y responsable”, declaró Lezama.
La moratoria, según los legisladores, permitirá más tiempo para consultas adicionales con expertos de la industria y potencialmente ajustar la tarifa o su estructura de aplicación para minimizar efectos negativos.
Dentro de los principales puntos de análisis que se llevarán a cabo en los próximos meses, se encuentran:
- Efectos económicos en el turismo local.
- Comparación con tarifas similares en otros destinos del Caribe.
- Alternativas para implementar el impuesto de manera gradual.
- Revisión del impacto ambiental y social del turismo masivo.
La decisión de la moratoria deja en claro que el desarrollo del sector turístico requiere decisiones balanceadas, tomando en cuenta a todos los actores involucrados, incluidos los turistas, las empresas de cruceros y las comunidades locales que acogen a los visitantes.