Una de las grandes promesas del partido hoy en el gobierno en México es brindar un servicio de salud pública al nivel de los países nórdicos. Muy probablemente, recuerdes la frase: “Un sistema de salud como el de Dinamarca”.

Lejos de la realidad quedaron los resultados pues si bien, podemos equiparnos al país danés, esto más bien parece de la época vikinga. Un sistema de salud hecho pedazos y cenizas que, cada día deja más tristezas que alegrías, pero ¿Cómo llegamos aquí? ¿Qué pasará para el IMSS, ISSSTE y el sistema del bienestar? Sorpresas no vendrán.

Una improvisación tras otra

Si hay algo que caracterizó al gobierno de Andrés Manuel López Obrador fueron las improvisaciones y ocurrencias. ¿Se están robando la gasolina? Muy bien, cerremos los ductos y traigamos pipas. ¿Mi hijo fuma mucho vape? Entonces prohibamos la venta de los Vapes en México.

Bajo esa misma línea, López Obrador dijo que el Seguro Popular (creado por Calderón) no servía y era un nido de corrupción. ¿La solución? ¡Improvisar! Así fue como nació el famoso INSABI, un sistema de salud pensado para atender a quienes menos tienen.

Pero ese sistema, lejos de nacer bien, nació por partes, parchado, débil, endeble y sin saber cómo funcionar. Así fue como, en lugar de despegar, el INSABI se desplomó dejando sin cobertura a los pobres (iban primero ¿No?) y una deuda millonaria.

Junto con el INSABI, llegó otra de las ocurrencias del de Macuspana. Según él, las farmacéuticas y proveedores del sistema de salud eran corruptos así que ¿Por qué no abrir el Costco de las medicinas? Así fue como se creó la mega farmacia de Huehuetoca.

La idea era concentrar ahí las compras de medicinas para después, surtirlas a las clínicas, hospitales y pacientes como si de Amazon se tratase. Pero ¿Cómo esperas llenar una farmacia si cancelaste miles de contratos por supuesto corrupción? Ahora tienes una bodegota, pero no tienes con qué llenarla.

Así fue como se generó un enorme desabasto de medicamentos que no solo cobró una gran factura, en dinero, sino también en vidas. Improvisación tras improvisación, el sistema de salud público mexicano se vio mermado pues lo poco bueno que ya se tenía, terminó por perderse en una marea de detentes (véase la cómica escena del detente contra el COVID).

Más resultados con menos dinero

Las improvisaciones pudieron haber pasado desapercibidas si estas no consumieran dinero del poco que se le dio a salud. Y es que los datos no mienten, con López Obrador, el sector salud enfrentó recortes a su presupuesto de miles de millones de pesos.

Imagínate tener 20%, 30% o hasta 50% menos de presupuesto y que de pronto, de ese poco dinero, se gastaran miles de millones de dólares en puros chistecitos. Eso que ibas a usar para comprar material de curación, contratar más médicos o reparar tu hospital, de pronto, se usó para “impulsar un proyecto fantasma”.

Si bien la 4T enmascara los recortes como un reajuste del presupuesto o una asignación distinta, la realidad es otra. El sector salud actualmente tiene un presupuesto mucho menor que el que tenía con otros gobiernos como los del PRI y el PAN. Y esto no es ideología, son datos.

De acuerdo con analistas, los proyectos estrella de López Obrador como el AIFA, el tren maya o la refinería de Dos Bocas son los culpables de esto. Gran parte de los recortes que tuvieron todas las secretarías son porque estos proyectos necesitaban fondos.

Corrupción con pañuelito guinda

Pongamos otro clavo al ataúd del sistema de salud mexicano. Con nombre corrupción, este clavo ha sido uno de los grandes lastres de nuestro país. Por culpa del nepotismo, los amiguitos, compadres y favores, miles de millones de pesos se pierden cada año.

Aunque López Obrador ha dicho que la corrupción se acabó con su pañuelo blanco, en realidad, esta solo se puso un chaleco guinda y cambió de partido. Tal es el caso de los ventiladores mecánicos durante la pandemia, esos que vendió el hijo de Bartlett (sí, ese mismo) a un sobre precio escandaloso.

Con casos de corrupción dentro del mismo gobierno y sus cercanos están las pésimas medidas para combatirla. Por ejemplo, la mega farmacia de la que ya hablamos con anterioridad. ¡Y qué decir del nepotismo! Poner a políticos dirigiendo, por ejemplo, el IMSS o ISSSTE como premio de consolación no es para nada una acción inteligente.

Martí Batres, Bertha María Alcalde y Zoé Robledo son ejemplos de cómo el apellido pesa más que tu capacidad. Ah, pero 90% lealtad y 10% capacidad ¿Verdad? Recordemos que el nepotismo también es una forma de corrupción. Y, si somos honestos, los amigos están para hacerte favores ¿O qué hacen entonces esos nombres ahí?

Lo mismo, lo mismo y lo mismo

Existía una gran esperanza de que, con Claudia Sheinbaum, las cosas cambiarían. Con su bandera de científica, se esperaba que realmente hubiera personas preparadas en los puestos a ejercer. Incluso había un aire de que podría llegar un médico especialista en gestión de hospitales, por ejemplo, a presidir el IMSS o el ISSSTE ¡Puros aires de Varsovia!

Martí Batres, el que fue jefe de gobierno sustituto de la CDMX, a dirigir el ISSSTE y Zoé Robledo, responsable de la degradación del IMSS, a continuar con la destrucción. Dos amigos, cercanísimos a la 4T y a Morena, para ocultar la suciedad bajo la alfombra.

Junto a ello, un nuevo recorte al presupuesto de salud para el año 2025 representa otra señal más de que se continuará la misma línea de “Me sale más barato que te mueras que atenderte”. Y muy probablemente, la saturación de los hospitales no deje de crecer.

Lo que veremos para la salud pública mexicana será un deterioro con una atención cada vez peor, limitada, lenta e incluso, inhumana. Lo único que quedará será buscar atención particular, ya sea con el Dr. Simi o el Hospital ABC, eso ya dependerá. Lo que sí es un hecho, es que confiar en el IMSS, IMSS Bienestar o ISSSTE ya no será opción.