Activistas medioambientales del grupo “Just Stop Oil” realizaron una nueva protesta en el Museo Van Gogh en Ámsterdam, Países Bajos, arrojando sopa de tomate a un cuadro de Vincent van Gogh. Esta acción forma parte de una serie de manifestaciones dirigidas a crear conciencia sobre la crisis climática.
Protesta y reacción
El suceso tuvo lugar el pasado domingo, cuando dos jóvenes ingresaron al museo y lanzaron la sopa sobre la obra “El sembrador”, pintada en 1888. Seguidamente, los manifestantes se pegaron a la pared junto al cuadro mientras que los visitantes presentes observaron con asombro.
“Lo hacemos porque los gobiernos no actúan contra el cambio climático,” dijeron los activistas antes de ser detenidos por la policía local.
Según los organizadores de “Just Stop Oil”, el objetivo de estas manifestaciones es presionar a los gobiernos y empresas para que tomen medidas urgentes en la reducción de emisiones de carbono y detengan la explotación de combustibles fósiles.
Impacto y estadísticas
Desde su creación, “Just Stop Oil” ha llevado a cabo numerosas acciones similares en distintos lugares del mundo. Entre sus intervenciones más destacadas se encuentran:
- Protesta en la National Gallery de Londres, donde lanzaron puré de papas a un cuadro de Claude Monet.
- Manifestación en el Louvre de París, donde vertieron aceite sobre una copia de la Mona Lisa.
- Intervención en el Museo del Prado de Madrid, arrojando pintura a diversas obras maestras.
Estas acciones han causado controversias tanto dentro del ámbito artístico como en el público general. Si bien muchos apoyan el llamado urgente a la acción climática, otros critican los métodos utilizados por los activistas, considerando que los daños a obras de arte no justifican los fines.
Las autoridades del Museo Van Gogh informaron que el cuadro no sufrió daños irreparables, gracias a la protección de vidrio que lo cubre. No obstante, la institución ha aumentado las medidas de seguridad para prevenir futuros incidentes.
En conclusión, la protesta de “Just