Ernesto Zedillo, expresidente de México, expresó recientemente su preocupación por las reformas en curso en el Instituto Nacional Electoral (INE), alegando que representan un serio riesgo para la democracia en el país. Zedillo, quien gobernó México de 1994 a 2000, advirtió que estas reformas podrían “enterrar la democracia”, durante su participación en un foro organizado por The Wall Street Journal.

La amenaza a la democracia

Zedillo destacó que las reformas debilitarán la autonomía del INE, lo cual es fundamental para asegurar elecciones libres y justas. El expresidente enfatizó que, si estas reformas se implementan, se podría minar la confianza de los ciudadanos en el proceso electoral. Según él, la independencia del INE ha sido clave en la evolución democrática del país.

Durante su intervención, Zedillo señaló:

“Si estas reformas se llevan adelante, podemos decir adiós a las elecciones libres y a la confianza en nuestros procesos electorales.”

El expresidente subrayó que uno de los mayores logros de las últimas décadas en México ha sido la creación de instituciones electorales independientes, que han permitido la alternancia en el poder de manera pacífica. Argumentó que revertir estos avances sería un retroceso histórico.

La comunidad internacional también ha mostrado interés en la situación, a medida que varios observadores y analistas externos alertan sobre los posibles impactos negativos de estas reformas. Zedillo urgió a los ciudadanos y a la sociedad civil a alzar la voz para defender la independencia del INE.

Entre los cambios propuestos en las reformas se encuentran:

• Reducción del número de consejeros del INE
• Disminución del financiamiento público a partidos políticos
• Modificación en los criterios para la elección de consejeros

Estas medidas, según Zedillo, pueden parecer técnicas y administrativas, pero su impacto podría ser profundamente político y afectar las bases mismas de la democracia mexicana.

La discusión sobre estas reformas sigue siendo un tema candente en la política mexicana, y las opiniones están divididas. Sin embargo, figuras como Zedillo consideran crucial preservar la autonomía del INE