En una conmovedora ceremonia llevada a cabo en la comunidad de Simojovel, Chiapas, familiares, amigos y feligreses dieron el último adiós al sacerdote Marcelo Pérez Pérez, quien falleció recientemente a causa de una enfermedad. El sacerdote, conocido por su activismo en defensa de los derechos humanos y la paz, dejó un legado imborrable en la región.

Un legado de lucha por la justicia

Marcelo Pérez Pérez, oriundo de Chiapas, dedicó gran parte de su vida a la defensa de los más vulnerables y al fortalecimiento del tejido social en comunidades indígenas. Fue reconocido por su papel como mediador en conflictos locales y por su arduo trabajo a favor de la paz. Durante su trayectoria, Pérez Pérez no dudó en alzar la voz contra las injusticias y se convirtió en un referente de liderazgo comunitario.

El funeral fue un reflejo del cariño y respeto que se ganó entre la gente. La misa, celebrada por otros sacerdotes de la diócesis, fue acompañada de plegarias y cantos en honor al fallecido, mientras que los asistentes recordaron con cariño sus enseñanzas y grandes contribuciones al bienestar común.

Miembros de su comunidad destacaron su valentía y dedicación con las siguientes palabras:

“Padre Marcelo fue un verdadero defensor de nuestra gente. Siempre estuvo dispuesto a ayudarnos en los momentos más difíciles, guiándonos con sabiduría y compasión”.

El impacto de su obra se refleja en cifras que ilustran su dedicación:

• Lideró más de 50 talleres de derechos humanos.
• Mediador en al menos 20 conflictos comunitarios.
• Más de 30 años de servicio pastoral.

A pesar de la tristeza de su partida, su legado persiste en los corazones de quienes lo conocieron. Los asistentes al funeral expresaron su compromiso de continuar su obra, asegurando que la lucha por la justicia y la paz en Chiapas no se detendrá.