En los últimos años, los paseos en moto, conocidos como rodadas, han incrementado significativamente en diversas ciudades de México, generando tanto entusiasmo como preocupación entre los habitantes y autoridades locales. Estas actividades, que pueden acoger a cientos de motociclistas recorriendo las calles de la ciudad, han sido señaladas por ocasionar desorden y violar numerosas normas de tránsito.

El fenómeno de las rodadas

Las rodadas, organizadas generalmente a través de redes sociales, congregan a motociclistas que buscan disfrutar de un paseo en grupo, generalmente durante los fines de semana o días festivos. Aunque en su mayoría son organizadas por clubes de motociclismo, también existen las que surgen espontáneamente, sin regulación ni planes de ruta oficiales.

Sin embargo, estas actividades han suscitado críticas sobre la falta de control y las conductas de algunos participantes, quienes en ocasiones exceden los límites de velocidad, no respetan los semáforos y obstruyen la circulación vial. La sensación de impunidad prevalece, ya que las autoridades enfrentan dificultades para aplicar las leyes correspondientes debido a la magnitud de los eventos.

Ante esta situación, diversos sectores de la sociedad han expresado su preocupación por el impacto que estas actividades tienen en la convivencia urbana y la seguridad vial. Una habitante de la Ciudad de México comentó:

“Es impresionante cómo pueden detener el tráfico durante horas sin que alguien los detenga. Los domingos se han vuelto un caos en algunas avenidas.”

La ausencia de regulaciones específicas dirigidas a estos eventos también ha sido tema de debate en el ámbito legislativo, donde se han propuesto algunas medidas para regularlos y fomentar mayor seguridad tanto para motociclistas como para peatones y conductores.

• En la Ciudad de México, durante un año, se han registrado más de 50 rodadas de gran escala.
• Cerca del 60% de los participantes no sigue las normas de tránsito estipuladas según reportes ciudadanos.

A pesar de estas dificultades, algunas rodadas sí logran coordinarse con las autoridades para asegurar un recorrido ordenado y seguro. No obstante, el desafío radica en encontrar un equilibrio que permita a los motociclistas disfrutar de su actividad sin afectar la seguridad y tranquilidad de las