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Inseguridad en Tapachula: el asesinato de Liliana, de 14 años, refleja la vulnerabilidad de los jóvenes en Chiapas y urge mejorar la seguridad y oportunidades.
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Protege tus finanzas personales: Tips de seguridad esenciales

En un acto de violencia que ha conmocionado a la comunidad de Tapachula, Chiapas, Liliana Domínguez Morales, una niña de solo 14 años que vendía dulces para ayudar a su familia, fue asesinada de dos disparos la noche del pasado lunes. El trágico suceso ocurrió en la calle 8 de Septiembre, en la colonia 11 de Septiembre, mientras la joven realizaba su labor cotidiana.

Detalles del crimen

Testigos del ataque relataron que Liliana estaba ofreciendo sus dulces cuando un hombre, sin mediar palabra, le disparó dos veces a quemarropa. La joven fue rápidamente trasladada por vecinos al Hospital General de Tapachula, donde lamentablemente falleció debido a la gravedad de sus heridas.

Las motivaciones del ataque aún no han sido esclarecidas por las autoridades. Sin embargo, este hecho ha generado una ola de indignación y preocupación por la seguridad en la región. La Fiscalía General del Estado de Chiapas ha iniciado una investigación para dar con el responsable del homicidio, pero hasta el momento no se han producido detenciones.

La comunidad ha expresado su repudio y tristeza ante este hecho que demuestra la vulnerabilidad y el peligro que enfrentan los niños y adolescentes en el país, especialmente aquellos que contribuyen al sustento familiar a través del comercio ambulante.

Las estadísticas de violencia en la región son alarmantes. Según datos proporcionados por organizaciones locales, el estado de Chiapas ha registrado un incremento de homicidios en el último año. Entre los datos más destacados se encuentran:

  • Incremento del 15% en homicidios con respecto al año anterior.
  • Un 25% de las víctimas de homicidio en la región son menores de edad.
  • El 40% de los homicidios registrados en el estado están relacionados con el crimen organizado.

Este tipo de incidentes han llevado a la reflexión sobre la necesidad de mejorar la seguridad y las oportunidades para los jóvenes en México. En palabras de un residente del área, quien prefirió permanecer en el anonimato, el problema es estructural:

“No podemos permitir que nuestros niños vivan con miedo. Necesitamos un cambio real que of

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