El panorama del mercado estadounidense de los cigarrillos electrónicos se encuentra en una encrucijada, ya que se enfrentan llamados a una regulación más estricta en lugar de prohibiciones totales. Los líderes de la industria promueven la idea de que una regulación adecuada, en lugar de medidas prohibitivas, puede ser la respuesta para manejar los desafíos asociados a estos productos.

Argumentos a favor de la regulación

La empresa británica British American Tobacco (BAT) ha solicitado a las autoridades que establezcan un marco regulatorio más claro y efectivo en torno a los cigarrillos electrónicos. Esta petición se realiza en un contexto en el que aumentan las preocupaciones por el uso de este tipo de productos, especialmente entre los jóvenes. La ausencia de normativas claras puede resultar en un mercado desordenado y, potencialmente, más peligroso para los consumidores.

Un portavoz de BAT expresó:

Creemos firmemente que una regulación adecuada es la clave para asegurar que los productos del mercado cumplan con altos estándares de calidad y seguridad. La prohibición nunca ha sido la solución eficaz para ningún producto de consumo.

Esto refuerza la posición de BAT, que busca trabajar junto con los reguladores para establecer estándares que beneficien tanto a consumidores como a fabricantes.

El mercado de los cigarrillos electrónicos ha crecido significativamente en los últimos años. Las estadísticas muestran un aumento notable en su uso:

• Entre 2018 y 2020, el uso de estos productos entre jóvenes aumentó un 48% en Estados Unidos.
• La industria de los cigarrillos electrónicos generó más de 15 mil millones de dólares en ventas en 2020.
• Se estima que hay más de 30 millones de usuarios de cigarrillos electrónicos en todo el mundo.

Los defensores de la regulación argumentan que, en lugar de prohibir, las políticas deben centrarse en evitar el acceso de los menores a estos productos y en promover su uso responsable entre adultos, quienes podrían beneficiarse al utilizarlos como una alternativa a los productos de tabaco tradicionales. Esta postura gana adeptos en un momento clave para la industria, que busca adaptarse a las expectativas económicas y sociales de la actualidad.