La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha expandido su participación en el sector energético de México, asumiendo el reparto de turbosina, el combustible utilizado en aviones. Esto se añade a una serie de acciones en las que el Ejército ha diversificado sus responsabilidades, que van desde la construcción de aeropuertos hasta la administración de proyectos de infraestructura.
Participación de la Sedena en la distribución de turbosina
El acuerdo más reciente establece que Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) apoyará a la Sedena en la distribución de turbosina a través de distintas terminales aéreas del país. La mezcla de operaciones militares y civiles no es nueva en México, pero la incursión del Ejército en esta área refleja un cambio significativo en el enfoque del Gobierno sobre la gestión de recursos estratégicos.
Hasta ahora, la Sedena ha asumido tareas que se consideran vitales para la seguridad nacional. La distribución de turbosina se agrega a una lista ya considerable de responsabilidades que incluyen:
- Construcción y administración del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA)
- Proyectos de infraestructura como el Tren Maya
- Participación en la distribución de medicamentos y víveres
Las razones detrás de este despliegue de responsabilidades no son del todo claras, aunque algunos analistas sugieren que se debe a la confianza del Ejecutivo en las capacidades organizativas del Ejército. Sin embargo, esto también ha suscitado preocupaciones sobre la creciente influencia militar en esferas tradicionalmente civiles.
Expertos en el tema han señalado que la intervención militar debe ser cuidadosamente vigilada para evitar posibles conflictos de intereses y asegurar la transparencia. Un analista comentó:
“La inclusión del Ejército en tareas económicas, como la distribución de turbosina, requiere una supervisión rigurosa para prevenir el abuso del poder y garantizar que se mantenga el correcto funcionamiento de la industria”.
La constante expansión de la Sedena en el ámbito civil sigue generando debate. Mientras algunos ven esto como un paso hacia una mayor eficiencia y seguridad, otros temen que pueda llevar a una dependencia excesiva en las fuerzas armadas para actividades que podrían manejarse a través de medios civiles.
En resumen, la Sed