En los últimos años, el fenómeno de comer en exceso impulsado por las emociones ha captado la atención de profesionales de la salud y la sociedad en general. Este comportamiento, conocido como “alimentación emocional”, se caracteriza por el consumo de alimentos como respuesta a sentimientos internos en lugar de por hambre física.

Factores que impulsan la alimentación emocional

Diversos estudios han identificado múltiples factores que llevan a las personas a comer debido a sus emociones. Entre los más comunes se encuentran:

• Estrés: Muchas personas recurren a la comida como una forma de lidiar con el estrés diario.
• Ansiedad: Los altos niveles de ansiedad también pueden desencadenar el deseo de consumir alimentos reconfortantes.
• Aburrimiento: El acto de comer puede considerarse una actividad para combatir el aburrimiento.
• Tristeza: Algunos individuos buscan en la comida un mecanismo para mejorar su estado anímico.

Los expertos advierten que recurrir con frecuencia a la alimentación emocional puede llevar a problemas serios de salud, como el sobrepeso y la obesidad. Aunque este tema no es nuevo, la necesidad de abordarlo con estrategias efectivas es cada vez más urgente, especialmente en un mundo donde el ritmo de vida es acelerado y las presiones son constantes.

“Comer en respuesta a las emociones es una estrategia temporal que rara vez resuelve el problema subyacente”, comenta la nutricionista Laura Méndez.

Los expertos recomiendan diversas estrategias para contrarrestar la alimentación emocional. Entre ellas se incluyen la práctica regular de ejercicio físico, la meditación y las técnicas de relajación, que pueden ayudar a reducir el estrés y mejorar el bienestar general. También sugieren llevar un diario de alimentación para identificar patrones, así como buscar ayuda profesional si es necesario.

La clave, resaltan los especialistas, no es prohibir todos los alimentos reconfortantes, sino encontrar un equilibrio y aprender a escuchar las señales del cuerpo, distinguiendo entre el hambre real y las emociones pasajeras.