El proceso para seleccionar a las y los integrantes del Poder Judicial en México incluye una nueva etapa: la evaluación de la fama pública de los aspirantes. Esta fase tiene como objetivo garantizar que los candidatos cuenten con una trayectoria intachable y ética, y se suma a los requisitos ya existentes para acceder a los cargos de magistrados y jueces. Con esta medida, se busca reforzar la confianza de la ciudadanía en las instituciones judiciales y asegurar que los elegidos sean personas de alta calidad moral.
Proceso de evaluación de aspirantes
El Consejo de la Judicatura Federal (CJF) será el organismo encargado de llevar a cabo esta evaluación de la fama pública, a través de diversas herramientas e investigaciones que permitan dar a conocer el historial de los aspirantes. Esta evaluación se centrará en varios aspectos, incluidas las redes sociales, antecedentes laborales y reputación en el ámbito judicial y social. La inclusión de esta etapa responde a la necesidad de contar con funcionarios públicos que representen adecuadamente los valores de justicia y transparencia.
El proceso de selección tradicionalmente ha considerado los siguientes elementos:
- Exámenes de conocimientos técnicos.
- Pruebas de habilidades y aptitudes.
- Entrevistas personales.
Con la adición de la evaluación de la fama pública, se busca asegurar que los aspirantes no sólo posean conocimientos técnicos, sino también un comportamiento ejemplar.
El ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar, resaltó la importancia de esta nueva medida al afirmar:
“Es fundamental que quienes aspiren a formar parte de este Poder tengan no solo los méritos académicos y profesionales, sino también una reputación intachable. Solo así podremos recuperar la confianza de la gente en la justicia.”
En última instancia, el objetivo de esta nueva fase de evaluación es fortalecer el sistema judicial en México, promoviendo candidatos que puedan desempeñar sus funciones con probidad y compromiso con la verdad y la legalidad.
