El edificio de Izazaga 89, propiedad que se ubica en el Centro Histórico de la Ciudad de México, es ahora el centro de la controversia debido a su relación con una empresa contratista vinculada a proyectos de la Cuarta Transformación (4T). Esta propiedad, que sirve como alberca de varias dependencias gubernamentales, ha llamado la atención por los intereses económicos detrás de su operación.
Relación con la Cuarta Transformación
El edificio es propiedad de Grupo Hermés, dirigido por Carlos Hank Rhon, conocido contratista del Gobierno federal de la 4T. Este grupo ha sido partícipe en diversas licitaciones de obras, siendo uno de los actores clave en algunas de las principales infraestructuras promovidas por la actual administración.
Se destaca que este grupo ha obtenido contratos significativos, entre los cuales se encuentran:
- Construcción de tramos del Tren Maya
- Proyectos de expansión y modernización del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México
- Obras en la refinería de Dos Bocas
Estas adjudicaciones han despertado inquietudes sobre posibles conflictos de interés debido a la cercanía entre el grupo industrial y el actual gobierno. Aunque las autoridades han negado irregularidades, los cuestionamientos persisten, sobre todo por la opacidad en algunos de los procesos licitatorios.
Carlos Hank Rhon, en su defensa, ha manifestado que sus empresas han actuado conforme a la ley y han participado en licitaciones bajo los procedimientos establecidos.
“Todas nuestras licitaciones han sido transparentes y nos regimos bajo los principios de integridad y legalidad”, afirmó Hank Rhon.
El contexto de esta situación se da en medio de un creciente escrutinio público sobre cómo se manejan los contratos gubernamentales y las relaciones entre el Gobierno y los grandes consorcios empresariales. Sin embargo, la falta de transparencia en algunos contratos sigue siendo motivo de crítica por parte de organizaciones civiles que exigen mayor claridad en los procesos.
