En Culiacán, Sinaloa, el Ejército Mexicano ha retirado un cuartel militar provisional que había sido instalado en las instalaciones de la escuela primaria Vicente Guerrero. La medida se da como respuesta a las protestas de los padres de familia, quienes se oponían a la presencia militar en un espacio educativo utilizado por más de 300 estudiantes.
Un ambiente educativo bajo presión
La presencia militar en la escuela fue inicialmente establecida tras el operativo conocido como “Culiacanazo”, ocurrido en octubre de 2019, donde las fuerzas de seguridad detuvieron y posteriormente liberaron a Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán. Tras dicho operativo, se consideró necesario establecer una base militar en el centro educativo para garantizar la seguridad en la zona.
Los padres de familia argumentaron que la presencia de soldados armados en el lugar representaba una amenaza para la seguridad y el bienestar emocional de los niños. Un portavoz del grupo de padres explicó:
“No queremos que nuestros hijos se acostumbren a convivir con soldados y armas. Queremos que vengan a la escuela a aprender y a jugar, no a vivir bajo la sombra de un conflicto armado.”
Finalmente, las autoridades militares anunciaron su retirada del lugar, señalando que sus operaciones continuarían en otros puntos estratégicos de la ciudad. Además, recalcaron su compromiso con el bienestar de la población civil.
Entre los detalles relacionados con el impacto del cuartel en la escuela, se han mencionado:
- Más de 300 estudiantes afectados.
- Interrupciones en el calendario escolar.
- Tensión en la comunidad educativa.
El retiro del Ejército ha sido bien recibido por los habitantes de la zona, quienes esperan que la normalidad regrese al plantel educativo. En este contexto, las autoridades locales han enfatizado la importancia de establecer mecanismos de seguridad que no interfieran con el derecho a la educación y el desarrollo armónico de los niños.
