En un reciente informe, se confirma el fuerte aumento en la presencia militar en las calles de México, dirigida a combatir el creciente índice de criminalidad y violencia que azota al país. Este aumento en la presencia castrense se enmarca dentro de la estrategia del gobierno de reforzar la seguridad pública.

Incremento significativo en la presencia militar

De acuerdo con los datos presentados, el despliegue de las Fuerzas Armadas ha incrementado de manera considerable en los últimos años. En comparación con periodos anteriores, se ha registrado un aumento del 31% en la cantidad de militares patrullando las calles. Este refuerzo se ha implementado principalmente en las regiones con mayores índices delictivos.

El secretario de Seguridad ha destacado la importancia de esta medida, argumentando que la presencia militar es crucial para garantizar la seguridad de la población. Se ha hecho hincapié en que los militares trabajan en coordinación con las fuerzas policiales locales para mejorar la efectividad de las operaciones de seguridad.

“Los ciudadanos tienen derecho a vivir sin miedo, y nuestro deber es proporcionarles la seguridad que merecen”, afirmó el secretario durante una conferencia de prensa.

Datos proporcionados por el instituto encargado de monitorear la seguridad nacional revelaron las siguientes estadísticas:

• Un incremento del 31% en el número total de militares desplegados en áreas urbanas y rurales.
• Cubierta una región abarcando un 45% más de territorio en comparación con el año anterior.
• Cerca de 70% de las operaciones militares se concentran en los estados con más violencia, como Guerrero y Michoacán.

Los críticos de esta estrategia sugieren que se necesita un enfoque más integral que no dependa únicamente de la fuerza militar, proponiendo soluciones que incluyan políticas públicas, educación y desarrollo económico. Sin embargo, el gobierno se mantiene firme en su posición de que la intervención militar es necesaria dado el contexto actual.

La discusión sobre la militarización en México sigue siendo un tema controvertido, con opiniones divididas entre los que apoyan la medida por sentir mayor seguridad y aquellos que temen por la militarización excesiva de la sociedad.