En Guerrero, los afectados por los recientes desastres naturales han solicitado ayuda a la Coordinación Estatal de Protección Civil (CEPC) para enfrentar la difícil situación que están viviendo. Tras las intensas lluvias y derrumbes que azotaron diversas regiones del estado, las comunidades se encuentran en estado de emergencia y han clamado por asistencia inmediata.
Daños y necesidades urgentes
Las lluvias torrenciales provocaron severos deslizamientos de tierra y la crecida de ríos, lo cual ha dejado a cientos de familias sin hogar y sin acceso a servicios básicos. La CEPC ha recibido numerosas solicitudes de apoyo, especialmente en los municipios más afectados como Chilpancingo, Acapulco y La Montaña.
Los efectos de estos desastres naturales incluyen:
- Destrucción de viviendas.
- Interrupción de servicios eléctricos y de agua potable.
- Carreteras y caminos intransitables.
- Pérdida de cultivos y ganadería.
Gabriela Pérez, una de las afectadas y residente de Chilpancingo, narró su experiencia: “Perdimos todo, nuestra casa quedó sepultada bajo el lodo y no tenemos a dónde ir. Necesitamos ayuda urgente, no podemos seguir así”.
Respuesta gubernamental
El Gobierno del Estado ha desplegado brigadas de rescate y asistencia para atender las necesidades más apremiantes de las comunidades afectadas. No obstante, la magnitud del desastre ha superado las capacidades locales, por lo que se ha pedido el apoyo de instancias federales y organizaciones no gubernamentales.
“Estamos haciendo todo lo posible para llegar a todos los afectados, pero necesitamos más recursos y personal para poder atender esta emergencia de manera efectiva,” señaló el titular de la CEPC, Carlos Amescua.
La CEPC ha activado albergues temporales y se están distribuyendo insumos básicos como alimentos, agua y medicinas, pero el reto persiste, principalmente en áreas rurales de difícil acceso.
Además, se ha abierto una línea de atención para que los ciudadanos puedan reportar emergencias y solicitar ayuda. En este contexto, las autoridades