El Supremo Tribunal Federal de Brasil ha decidido avanzar en el proceso legislativo para despenalizar el uso personal de la marihuana, una decisión que podría tener implicaciones significativas en las políticas de drogas del país. Esta resolución forma parte de un caso que se lleva discutiendo desde 2015, pidiendo la revisión de la aplicación de las leyes antidrogas de Brasil.

El debate en el Supremo Tribunal

El tribunal está considerando si el artículo 28 de la Ley de Drogas debe ser declarado inconstitucional. Dicho artículo penaliza el porte de drogas para uso personal con penas que van desde advertencias hasta servicios comunitarios. La decisión podría transformar el panorama legal y social en Brasil respecto al consumo de marihuana.

Hasta el momento, cuatro de los 11 jueces del tribunal han votado a favor de la despenalización del uso personal de marihuana. Sin embargo, se espera que el tribunal continúe escuchando diversos argumentos antes de emitir un fallo definitivo. La opinión pública en Brasil está dividida, ya que algunos ven la medida como un progreso hacia una política de drogas más humana, mientras que otros expresan preocupaciones sobre el impacto potencial en la salud pública y la seguridad.

Algunas de las estadísticas clave que rodean este caso incluyen:

• Más de 1,3 millones de personas fueron detenidas por delitos relacionados con drogas en Brasil en la última década.
• Un alto porcentaje de estas detenciones corresponde a individuos acusados únicamente de posesión para uso personal.
• Las prisiones brasileñas tienen una sobrepoblación del 167%, y un 30% de los reclusos están encarcelados por delitos relacionados con drogas.

El juez Gilmar Mendes, uno de los magistrados que votó a favor de la despenalización, afirmó:

“Es necesario adoptar un enfoque más sensato y menos punitivo respecto al uso personal de drogas.”

Esta declaración refleja la creciente aceptación de la necesidad de reformar las políticas de drogas no solo en Brasil, sino también en diversos países de América Latina.

A medida que el debate legal sigue evolucionando en el tribunal, el país se encuentra en una encrucijada sobre cómo manejar el consumo de marihuana. La decisión final podría marcar un punto de inflexión en la manera en que Brasil aborda no solo el consumo de drogas, sino también los derechos individuales y la carga sobre el sistema penitenciario.