En un contexto de creciente preocupación global sobre el cambio climático, la posibilidad de que Estados Unidos ceda el liderazgo climático a China se ha convertido en un tema de debate. Según expertos en política internacional, esto podría tener implicaciones significativas tanto para la política ambiental global como para las relaciones de poder geopolítico.
La posición de Estados Unidos y China en la lucha contra el cambio climático
Durante la administración del expresidente Donald Trump, Estados Unidos mostró un enfoque más escéptico hacia los acuerdos internacionales sobre el cambio climático, como el Acuerdo de París. Su retiro del acuerdo en 2017 fue visto por muchos como un retroceso en los esfuerzos globales para combatir el cambio climático. Aunque el país volvió al acuerdo durante el mandato de su sucesor, Joe Biden, la percepción de inconsistencia en la política climática estadounidense ha abierto oportunidades para que China tome un rol más protagónico en este ámbito.
China, por su parte, ha intensificado sus esfuerzos para posicionarse como un líder ambiental. El país asiático ha prometido alcanzar su punto máximo de emisiones antes de 2030 y lograr la neutralidad de carbono para 2060.
- China está invirtiendo masivamente en energía renovable.
- Es el principal productor mundial de paneles solares y turbinas eólicas.
- El país ha implementado políticas agresivas para reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
Algunos expertos sugieren que si Estados Unidos no mantiene un compromiso firme y sostenido con las políticas climáticas, China podría consolidar su posición de liderazgo en esta área. Esto no solo afectaría la dinámica de las políticas internacionales de cambio climático, sino que también podría tener repercusiones económicas. China podría liderar no solo en términos de regulaciones y acuerdos internacionales, sino también en innovación y desarrollo tecnológico relacionado con energías limpias.
El riesgo de que Estados Unidos pierda terreno en este ámbito es palpable. Un experto señaló:
“Si Estados Unidos no actúa decisivamente, estamos viendo el comienzo de un cambio en el equilibrio del poder climático global hacia China.”
Conclusiones similares han sido expresadas por analistas que advierten sobre la importancia de una política climática coherente y alineada con las expectativas globales. La competencia por el liderazgo en la acción climática no solo es un tema ambiental, sino también una cuestión estratégica que podría afectar las relaciones internacionales a largo plazo.