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El Senado de EE. UU. recomienda implementar un código ético vinculante para la Corte Suprema, buscando transparencia y confianza en el sistema judicial.
El Mundo

Código de conducta propuesto para jueces de la Corte Suprema

El Senado de Estados Unidos ha realizado un exhaustivo análisis sobre la ética en la Corte Suprema, concluyendo con una recomendación para implementar un código de conducta que sea vinculante para todos los jueces. Esta revisión, llevada a cabo por el Comité Judicial del Senado, subraya la necesidad de establecer normas claras para asegurar la transparencia y la integridad en el más alto tribunal del país.

Recomendaciones del Senado

El informe del comité sugiere que, a diferencia de los tribunales inferiores, donde ya existe un código de conducta bien definido, en la Corte Suprema actualmente no hay un marco regulatorio que obligue a los magistrados a seguir ciertos estándares éticos. Esto ha generado preocupaciones sobre posibles conflictos de interés y falta de transparencia en las decisiones de los jueces.

El Comité Judicial del Senado ha propuesto las siguientes medidas para abordar estas preocupaciones:

  • Implementación de un código de conducta específico para los jueces de la Corte Suprema.
  • Reforzamiento de las normas de divulgación financiera para los magistrados.
  • Creación de un mecanismo independiente de revisión de quejas éticas contra los jueces.

Estas recomendaciones se producen tras una serie de controversias que han aumentado el escrutinio público sobre las prácticas éticas de la Corte Suprema. El presidente del comité, el senador demócrata Dick Durbin, expresó que es fundamental restaurar la confianza pública en el sistema judicial.

“El pueblo estadounidense merece saber que la justicia se imparte de manera justa e imparcial en todos los niveles del poder judicial,” declaró Durbin.

El informe finaliza con un llamado a la acción al Congreso y al Poder Judicial para trabajar juntos en la implementación de estas reformas. Los defensores de la medida argumentan que un código de conducta vinculante equipararía las normas éticas de la Corte Suprema con las de otros tribunales, fortaleciendo la credibilidad del sistema judicial estadounidense.

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