En un juicio que ha captado la atención pública, Alejandro “Pelícot” Torres admitió haber violado y drogado a su esposa durante un testimonio dado en un tribunal de Ciudad de México. Torres, conocido por sus antecedentes penales y conducta violenta, se enfrenta a cargos graves que podrían conllevar una larga condena en prisión.
Confesión impactante
Durante la sesión del tribunal, Torres admitió culpabilidad cuando se le preguntó directamente sobre las acusaciones. Sus declaraciones dejaron atónitos a muchos presentes en la sala, incluidas las autoridades y la propia víctima.
“Soy violador. Lo reconozco y pido perdón,”
dijo Torres con voz entrecortada, mientras evitaba el contacto visual con su esposa. La víctima, cuyo nombre se ha mantenido en anonimato por razones de seguridad, escuchó el testimonio visiblemente afectada, acompañada de su equipo legal y personal del Centro de Justicia para las Mujeres.
El juicio ha revelado detalles perturbadores sobre cómo Torres administraba drogas a su esposa para facilitar la agresión sexual. Los peritos presentaron pruebas toxicológicas y testimonios de expertos médicos para corroborar las acusaciones. Según informes oficiales y declaraciones de la Fiscalía General de Justicia de Ciudad de México, los detalles del caso son alarmantes.
- Pruebas toxicológicas indicaron niveles significativos de sustancias prohibidas en el cuerpo de la víctima.
- Expertos médicos confirmaron daños físicos compatibles con agresión sexual.
- Registros de llamadas y mensajes de texto revelaron el patrón de comportamiento violento de Torres.
La fiscalía ha solicitado una sentencia ejemplar para Torres, citando la gravedad de los crímenes y la necesidad de enviar un mensaje claro contra la violencia de género. La defensa de Torres, mientras tanto, ha tratado de minimizar el caso, argumentando que el acusado estaba bajo el influjo de sustancias y no era plenamente consciente de sus acciones.
El juez encargado del caso anunciará la sentencia en las próximas semanas, tras revisar todas las pruebas y testimonios presentados durante el juicio. Organizaciones de derechos humanos y colectivos feministas han estado siguiendo de cerca el desarrollo del caso, esperando que