La industria de la construcción en Estados Unidos enfrenta desafíos significativos derivados de las políticas migratorias y comerciales actuales. Los aumentos en los aranceles impuestos a los materiales de construcción importados y las deportaciones de trabajadores migrantes están afectando el sector de manera notable.
Impacto de los aranceles
Los aranceles aplicados a los materiales de construcción, como el acero y el aluminio, han incrementado los costos de proyectos de infraestructura, viviendas y edificios comerciales. Esto ha provocado un alza en los precios finales, que afecta no solo a las constructoras, sino también a los consumidores.
- Los costos del acero han aumentado un 25% debido a los aranceles.
- El precio del aluminio ha incrementado un 10%.
Estas cifras reflejan el impacto directo en los costos de materiales críticos para la construcción, haciendo que muchos proyectos se tornen inviables o requieran ajustes presupuestarios significativos.
Problemas laborales
Por otro lado, las deportaciones de trabajadores migrantes, quienes forman una parte esencial de la fuerza laboral en la construcción, han reducido el número de trabajadores disponibles. La escasez de mano de obra calificada incrementa los tiempos de finalización de los proyectos y eleva los costos de contratación.
En este contexto, un contratista en Houston declaró:
“Estamos viendo que nuestros costos se disparan y nuestros tiempos de entrega se alargan. Es una situación insostenible para la industria”.
Ante estos desafíos, el sector de la construcción está buscando alternativas, desde la capacitación de trabajadores locales hasta la exploración de fuentes de materiales domésticos para mitigar el impacto de los aranceles. Sin embargo, los resultados de estas medidas aún están por verse.
Mientras tanto, expertos del sector advierten que, de no encontrar soluciones viables, la industria podría enfrentar una desaceleración en los próximos años, afectando seriamente el crecimiento económico y el mercado laboral en Estados Unidos.