El sexenio del Presidente de México ha concluido sin lograr un crecimiento significativo en la economía del país. Diversos factores han incidido en este resultado, incluyendo la pandemia de COVID-19, así como decisiones políticas y económicas que, según expertos, han impedido un desarrollo más sostenido.
Los desafíos económicos del sexenio
A lo largo del sexenio, la economía mexicana se enfrentó a múltiples obstáculos. La pandemia de coronavirus fue uno de los más grandes, afectando no solo a la salud pública, sino también a la actividad económica. Las medidas de confinamiento y el cierre de empresas redujeron drásticamente la producción y el consumo.
Adicionalmente, las decisiones del gobierno en materia de política económica y energética fueron sujetas a críticas. Según analistas, la falta de apoyo a las inversiones y la incertidumbre en el sector energético desalentaron la inversión extranjera y limitaron el crecimiento económico.
Un informe del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) señala que la economía nacional mostró tasas de crecimiento fluctuantes durante el período, culminando en una tasa negativa al final del sexenio. Con base en los datos recopilados, se observa una clara desaceleración comparada con sexenios anteriores.
- Crecimiento del PIB del 0.3% en 2019
- Contracción del PIB del 8.2% en 2020
- Recuperación del PIB del 4.8% en 2021
- Crecimiento del PIB del 2.1% en 2022
“La falta de un plan económico claro y la incertidumbre en el sector energético han sido factores determinantes para que no se lograra un crecimiento sostenido,” comentó un economista del Banco Mundial.
En vista de estos resultados, expertos sugieren la implementación de políticas más claras y de apoyo a la inversión, tanto nacional como extranjera. Señalan que solo de esta manera se podrá restablecer la confianza en los mercados y fomentar un desarrollo económico más robusto y sostenible.
Ahora, la expectativa se centra en cómo el próximo gobierno abordará estos desafíos. La población y los