En Nigeria y Kenia, el flagelo del feminicidio sigue siendo un grave problema social, pero la lucha contra este crimen enfrenta significativos obstáculos legales y culturales. Ambos países han experimentado un aumento en la violencia de género, lo cual demanda una atención urgente de las autoridades y de la sociedad civil.
Obstáculos legales en la lucha contra el feminicidio
En Nigeria, la aplicación de leyes existentes para combatir la violencia de género es inconsistente y a menudo ineficiente. A pesar de que existen leyes que penalizan el feminicidio, como la Ley de Violencia contra las Personas (VAPPA, por sus siglas en inglés), su implementación es limitada debido a la falta de voluntad política y a recursos insuficientes. Las barreras legales no solo complican la persecución penal, sino que también perpetúan un sistema que no apoya adecuadamente a las víctimas.
- La VAPPA está vigente en 22 de los 36 estados de Nigeria.
- La tasa de condenas por feminicidio es alarmantemente baja.
En Kenia, aunque la Constitución garantiza la igualdad de género, persisten desafíos significativos. Activistas han destacado que el sistema judicial a menudo falla en responsabilizar a los perpetradores, y muchas mujeres enfrentan desventajas en las cortes debido a barreras culturales y estructurales.
“Es fundamental que se reformen las leyes para que sean más inclusivas y efectivas en la protección de las mujeres,” mencionó una activista keniana.
Además, tanto en Nigeria como en Kenia, las normas culturales a menudo refuerzan la opresión de género, haciendo que las víctimas teman represalias o estigmatización si denuncian la violencia.
A pesar de estos desafíos, ha habido avances gracias a la labor incansable de activistas y organizaciones de la sociedad civil. Estas entidades abogan por reformas legislativas y por una aplicación más estricta de las leyes existentes. También están incrementando sus esfuerzos para sensibilizar al público sobre los derechos de las mujeres y la inaceptabilidad de la violencia de género.
Es evidente que la lucha contra el feminicidio en Nigeria y Kenia requiere un enfoque integral que combine cambios legislativos, educación y el compromiso de todas las partes interesadas para que las mujeres puedan vivir sin miedo en ambos países.