Recientemente, empresas importadoras mexicanas han denunciado un preocupante incremento en casos de extorsión que afectan sus operaciones. Según testimonios, este fenómeno se ha intensificado particularmente en las aduanas del país, donde funcionarios corruptos exigen pagos extraoficiales para permitir la entrada de mercancías.
El método de la extorsión
Los empresarios explican que la extorsión se lleva a cabo de manera sistemática, mediante peticiones de dinero que varían dependiendo del valor de la carga o el volumen de las mercancías. Aquellas empresas que se niegan a pagar se enfrentan a barreras como retrasos indefinidos en el proceso de importación o, incluso, la confiscación de sus productos.
“Es un problema que se ha vuelto cotidiano. Si no pagamos, simplemente no nos dejan entrar la mercancía”, comenta un importador afectado que prefirió no revelar su identidad.
Además, las empresas importadoras afirman que esta situación les está generando pérdidas significativas y afectando su rentabilidad. Algunas de ellas han tenido que elevar el costo de sus productos para compensar los pagos por extorsión, lo cual impacta directamente al consumidor final.
De acuerdo con datos de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (CONCANACO), estos son algunos de los efectos de la extorsión en el sector:
- Reducción en el flujo de importaciones debido a los costos adicionales.
- Incremento del 10% en el precio final de los productos.
- Disminución de la competitividad de las empresas nacionales.
Ante esta situación, las organizaciones empresariales han solicitado la intervención de las autoridades gubernamentales para investigar y erradicar estas prácticas ilegales. Los empresarios insisten en la necesidad de implementar medidas de transparencia y rendición de cuentas en las aduanas para contrarrestar el problema.
El impacto de la extorsión en las importaciones es una preocupación creciente, y se espera que el gobierno tome acciones concretas para asegurar el flujo libre y justo de productos que llegan a México, promoviendo así un ambiente más seguro para los negocios internacionales.