Este 2 de octubre se conmemoraron 56 años de la trágica masacre de Tlatelolco en 1968, un evento que sigue siendo un referente importante en la memoria colectiva de México. Miles de personas se reunieron para marchar desde la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco hasta el Zócalo de la Ciudad de México, en un recorrido marcado por la exigencia de justicia y la perpetuación de la memoria de los estudiantes caídos.
Demanda de justicia y memoria histórica
La convocatoria de este año reunió a diversos colectivos estudiantiles, organizaciones de derechos humanos y ciudadanos que, una vez más, elevaron su voz en contra de la represión y para exigir justicia no solo por el 68, sino también por todas las desapariciones forzadas y violaciones a los derechos humanos que han ocurrido en el país desde entonces. Durante la marcha, los manifestantes portaron pancartas y consignas que recordaban no solo a los estudiantes asesinados, sino también a víctimas recientes, como los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.
La marcha transcurrió en un ambiente pacífico, con medidas de seguridad implementadas por el gobierno de la Ciudad de México para prevenir incidentes. Sin embargo, la tensión sobre el tema es palpable, y el clamor por verdad y justicia se mantiene, recordando a las autoridades que la sociedad no olvida ni perdona los crímenes de Estado.
Entre las consignas destacaron exigencias como:
- Memoria histórica y verdad por los hechos de 1968.
- Justicia para las víctimas de desapariciones forzadas contemporáneas.
- Cese a la represión estatal hacia los movimientos sociales.
Un participante de la marcha afirmó con firmeza,
“No podemos dejar que se olvide lo que sucedió aquí; es nuestra responsabilidad seguir luchando para que nunca más ocurra algo similar”.
Este tipo de movilizaciones refleja un fuerte compromiso por la justicia social y los derechos humanos, manteniendo viva la memoria de aquellos que perdieron la vida en Tlatelolco hace más de cinco décadas. La marcha