En la Ciudad de México, el fenómeno de los “franeleros” es un tema que no ha perdido vigencia, afectando a conductores y residentes por igual. Aunque la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) ha implementado operativos para controlar esta práctica, los franeleros continúan operando en las calles principales de la capital, a menudo bajo la supervisión de organizaciones delictivas.
La realidad detrás de los franeleros
Los franeleros, conocidos también como “viene-viene”, se han convertido en una figura habitual en las calles de la ciudad. Estos individuos se encargan de ‘administrar’ los espacios públicos para el estacionamiento, exigiendo cuotas a los conductores a cambio de ‘cuidar’ sus vehículos. Algunos operan de manera individual, pero existe evidencia de que muchas de estas personas están organizadas bajo estructuras que aseguran su dominio en ciertas áreas.
“No podemos estacionarnos aquí sin pagarles; si lo hacemos, tememos represalias contra nuestros vehículos,” comentó un automovilista afectado.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, en los últimos meses se han llevado a cabo una serie de operativos para desalojar a los franeleros en áreas críticas. A pesar de estas medidas, la presencia de los franeleros se mantiene constante, lo que sugiere una estructura bien establecida y posiblemente conectada con grupos delictivos.
Algunos de los puntos claves donde se concentra la actividad de los franeleros son:
- Avenidas principales y cerca de centros comerciales.
- Zonas de oficinas y áreas turísticas.
- Áreas cercanas a estaciones de transporte público.
La problemática se incrementa durante eventos especiales o fines de semana, cuando la demanda de estacionamiento supera la oferta disponible en las calles. Esta situación representa no solo una molestia para los conductores, sino también un desafío para las autoridades que intentan regularizar el uso de espacios públicos.
Las autoridades de la CDMX han pedido a los ciudadanos que colaboren con las autoridades, denunciando la presencia de franeleros. Sin embargo, muchos automovilistas prefieren pagar las tarifas ilegales para