En el estado de Guerrero, un grupo de policías comunitarios llevó a cabo un acto alarmante al calcinar a dos hombres acusados de robo. Este suceso tuvo lugar en el pueblo de Rancho Viejo, en la región de La Montaña, conocida por su difícil acceso y escasa presencia de fuerzas estatales, lo que ha propiciado un entorno propicio para la autodefensa y la justicia por mano propia.

Detalles del incidente

Los hombres, identificados únicamente por los habitantes locales como presuntos ladrones, fueron detenidos por la policía comunitaria que opera en esa área. Esta agrupación, compuesta por habitantes del mismo pueblo, decidió tomar la justicia en sus manos y aplicar un castigo fatal al duo, quemándolos vivos en un predio desolado de la comunidad.

Las autoridades locales han tenido dificultades históricas para imponer el orden en la región, algo que se hace evidente en los relatos de los testigos de este suceso. Muchos habitantes justifican las acciones de los comunitarios citando la impunidad prevalente en la zona. Sin embargo, este tipo de medidas extremas ha generado una fuerte crítica a la operación de estos grupos.

“No es la primera vez que se toma justicia por mano propia en nuestra comunidad, la falta de una respuesta efectiva por parte del gobierno nos deja sin otra opción”, relataron algunos miembros de la comunidad bajo anonimato.

A pesar de la gravedad de los hechos, hasta el momento no hay reportes de que se hayan realizado detenciones relacionadas con este caso, situación que solo profundiza la preocupación sobre la capacidad del Estado para imponer el estado de derecho en la región.

Además, se observa un aumento en la formación de grupos de autodefensa en diversas partes del estado, lo que plantea un desafío adicional para las instituciones gubernamentales. De acuerdo con datos recientes, en los últimos años se ha observado un incremento notable en estos grupos, lo cual se detalla de la siguiente manera:

• Un aumento del 45% en el número de grupos comunitarios formados desde 2020.
• Se estima que más del 60% de los municipios en Guerrero cuentan con algún tipo de organización de defensa civil.

Esta situación refleja la desesperación