El Presidente Andrés Manuel López Obrador inauguró ayer en la ciudad de Guanajuato un busto en honor al revolucionario José Ernesto Rangel, en medio de manifestaciones y protestas. La ceremonia tuvo lugar en la plaza principal, donde se dieron cita numerosas personas tanto en apoyo como en rechazo al evento.
Contexto del evento
El homenaje a Rangel, un luchador social destacado durante la Revolución Mexicana, generó polémica entre los habitantes de Guanajuato. Mientras algunos ciudadanos consideran a Rangel un héroe, otros lo ven como una figura controvertida, especialmente debido a su participación en eventos violentos durante ese periodo histórico.
La ceremonia comenzó a las 11:00 de la mañana, con la presencia de autoridades locales y federales, incluyendo el Gobernador de Guanajuato y varios miembros del gabinete presidencial. Según cifras oficiales, alrededor de mil personas asistieron al evento, de las cuales cerca de 200 eran manifestantes.
- 1000 asistentes
- 200 manifestantes
- 10 miembros del gabinete presidencial
- 5 discursos oficiales
Al tomar la palabra, López Obrador destacó la importancia de recordar a quienes lucharon por la justicia social en México. Afirmó que figuras como Rangel deben ser reconocidas por su papel crucial en la historia del país.
“Es un acto de justicia, es el reconocimiento a un hombre que luchó por los más desprotegidos, que dio su vida por el bienestar de nuestro pueblo,” expresó el Presidente.
Sin embargo, las protestas no se hicieron esperar. Los manifestantes, portando pancartas y gritando consignas, interrumpieron en varias ocasiones los discursos. Argumentaron que el gobierno debería enfocarse en solucionar los problemas actuales del país en lugar de “revivir historias del pasado”.
Entre las demandas de los inconformes, se encontraban:
- Mejoras en la seguridad pública
- Mayor transparencia en el uso de recursos
- Oportunidades de empleo
A pesar de las interrupciones