La Ley Silla, recientemente aprobada en el Senado, tiene como objetivo garantizar que los trabajadores tengan un asiento adecuado en sus lugares de trabajo, una medida que busca mejorar las condiciones laborales. Sin embargo, especialistas en el mercado laboral advierten que esta nueva legislación podría tener impactos negativos en las contrataciones, especialmente a corto plazo.

Impacto en las contrataciones

La preocupación principal de los empleadores es que la implementación de la Ley Silla podría incrementar los costos operativos de las empresas, lo que a su vez afectaría su capacidad para contratar. La ley establece que los empleadores deben proporcionar un asiento adecuado a los trabajadores cuyo desempeño implique estar de pie por largos periodos de tiempo.

Un experto en recursos humanos comentó:

“Los costos adicionales para cumplir con esta regulación podrían llevar a las empresas a ser más cautelosas al contratar nuevos empleados. En particular, podría afectar a las pequeñas y medianas empresas que tienen recursos más limitados.”

Esto podría tener implicaciones especialmente serias en sectores como el comercio minorista y la manufactura, donde los trabajadores a menudo pasan la mayor parte del tiempo de pie.

Datos estadísticos publicados recientemente ofrecen un panorama del potencial impacto de esta ley:

• El 70% de los trabajadores en el sector minorista pasan más del 75% de su jornada laboral de pie.
• El 60% de las empresas consultadas expresaron preocupación por los costos adicionales que esta ley podría representar.

Los expertos consideran que, aunque la Ley Silla tiene buenas intenciones al buscar mejorar la salud y el bienestar de los trabajadores, su implementación necesitará ser evaluada cuidadosamente para asegurar que el cambio no afecte negativamente el mercado laboral. Las discusiones sobre posibles adaptaciones y apoyos para las empresas podrían ser necesarias para equilibrar las necesidades de los trabajadores con la viabilidad económica de las empresas.