Las últimas noticias sobre política y más en México y el mundo.

Una ilustración en verde, turquesa, blanco y gris para el tema: Menos derechos, menos humanos: La preocupante situación de los derechos humanos en México.
Derechos Humanos

Menos derechos, menos humanos: La preocupante situación de los derechos humanos en México

Díaz Ordaz, con Echeverría oculto en su sombra, no habría imaginado que en pleno 2024 (no creo que ni hubiera imaginado llegar a ese año), los derechos humanos en México ¡Seguirían igual! Bajo la bota del estado.

Y es que parece ser, que solo se necesitan de algunos meses para echar al drenaje toda la lucha incansable, de años, por los derechos humanos en nuestro país. Bastaron 2 apellidos, un partido, un color y una falsa “idea de salvación” para derrumbar el ya, de por sí endeble, sistema mexicano de derechos humanos, pero ¿Cómo llegamos a este punto?

Los derechos humanos sirven… Cuando a mí me conviene

Cuando López Obrador se subió a la tarima de los presidenciables, otra vez, esperábamos que la tercera fuese la vencida. Su proyecto de nación, donde los malos caían, el pueblo se empoderaba y realmente se cuidaba al vulnerable, seducía a muchos (yo me excluyo), mientras otros, miraban con recelo preocupado por el populismo de su discurso.

Para AMLO, los derechos humanos eran uno de sus estandartes, pues su respeto constituía la base de su idiosincrasia donde, los vulnerables estaban primero. Pero oh sorpresa (nótese el sarcasmo), nada resultó ser como se esperaba.

Si bien en un inicio su gobierno se enfocó en resolver grandes temas de derechos humanos pendientes, como la matanza de Ayotzinapa, esto no fue así. Al menos con la llegada de la Guardia Nacional y la reforma para empoderar aún más a los militares en tareas de seguridad pública.

Fue allí cuando, de acuerdo con columnas como la WOLA, la defensa de los derechos humanos sufrió un duro golpe. El gobierno comenzó a ocultar casos de abusos de derechos humanos, sobre todo, por las fuerzas armadas, aumentando así la tasa de omisiones. Básicamente, se hicieron de la vista gorda.

Por eso el subtítulo de esta columna “Los derechos humanos sirven… Cuando a mí me conviene” pues incluso, López Obrador cambió su postura ante la matanza de Ayotzinapa. De usarlo como bandera en su campaña de 2018 rumbo a la presidencia y arma contra al PRI, pasó a ser un asunto archivo.

La causa, simple, se dio cuenta de que los militares estaban involucrados y, de culpas a sus favoritos, prefirió encubrirlo. Todos sabemos qué pasó después: Enfrentamientos, protestas, críticas y omisiones, más omisiones. Así fue como los derechos humanos pasaron a ser, una vez más, un tema a conveniencia y no de bienestar nacional.

Una piedra en vez de una verdadera titular

La postura de Obrador no fue el único clavo del casi sellado ataúd de los derechos humanos en México. La llegada de una piedra en lugar de una verdadera defensora, con todo el respeto del mundo, también resultó otra causa de la degradación de nuestro sistema.

Y es que, frente a la CNDH, llegó un nombre que más por su linaje, que, por su propio peso, resultaba una maravilla. Rosario Piedra Ibarra, hija de Rosario Ibarra de Piedra, una activista de los derechos humanos de gran peso, relevancia y valor en México, fue la embestida para dirigir la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

Así, ONGS, sociedad civil y expertos pensaban que el sistema mexicano de la defensa de los derechos humanos se haría más robusto y verdaderamente útil ¡Vaya mentira!

Rosario Piedra, resultó ser un paladín más, pero de la corrupción y las falsas promesas tan típicas de la 4T. Entre acusaciones de opacidad, omisión y por supuesto, uso inadecuado de los recursos (ah, pero al menos comía de lujo), la CNDH pasó a ser tan importante como un florero mismo, o una piedra.

Con la mancuerna perfecta de los que derechos humanos son derechos y son humanos cuando a Obrador le convenía, Rosario Piedra no hizo nada por defenderos. Como si de un sketch se tratase, caso que llegaba, caso que se archivaba.

Y no lo digo yo, lo dice la misma Amnistía Internacional en su informe recogido por la revista Proceso: “México vive entre la militarización, las desapariciones y la opacidad”, alertando sobre la crisis de derechos humanos por la que atraviesa nuestro país.

Lejos de reducirse, la misma organización que lucha por los derechos humanos en el mundo, dice que las violaciones se han agravado. Entre las causas que recoge está el crimen organizado, la impunidad, la militarización y, lo más preocupante, la criminalización de los activistas.

Uno se va, pero otro se queda

El sexenio de Andrés Manuel López Obrador acabó (¡Yuhu!), pero llegó, Claudia Sheinbaum embestida como su sucesora (¡Buh!). Además, de que los grandes pendientes en derechos humanos (¡Doble Buh!) se quedaron, como lo destaca el IMDHD o Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia.

Un sistema judicial viciado, una tasa de impunidad superior al 90%, una estrategia de seguridad distinta al “abrazos no balazos”, una CNDH omisa, sistemas de seguridad pública corrompidos, una alarmante militarización y miles de desaparecidos son algunos de los temas que pasaron de sexenio, más no de partido.

Con una población dividida entre quienes pensaban que Sheinbaum sería diferente y quienes pensaban que sería más de lo mismo, resultó que ¡Medusa triunfó! Pues hoy más que nunca, la CNDH se volvió una piedra más dura.

A saberse o no que las órdenes vinieron de La Chingada, por allá en Palenque, Rosario Piedra fue reelegida como titular de la CNDH. No fue la mejor evaluada, ni la seleccionada en la lista final, pero se quedó.

¿Y entonces? ¿Qué es lo que viene?

Seamos honestos, entre la reelección impuesta de Piedra, la reforma al poder judicial y la desaparición de los organismos autónomos, se antoja que la vacuna del COVID Patria sea incluso más efectiva que quienes nos defendía contra los abusos y las violaciones a nuestros derechos más elementales.

Los que saben, auguran que el sistema mexicano de derechos humanos sufrirá una degradación aún mayor. Entre recortes, posturas políticas, ideologías, corrupción, persecuciones y uno que otro favor, es probable que los casos de abusos, violaciones y omisiones no hagan más que aumentar.

Quedará ver qué es lo que sigue en esta telenovela mexicana. ¿Habrá alguien que verdaderamente nos defienda? ¿Las organizaciones y activistas nacionales e internacionales serán escuchados? ¿Cambiará algo o solo empeorará? Nos queda mucho camino hasta 2030 así que, como dijo mi amigo el ciego, ya veremos.

DEJAR UNA RESPUESTA

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *