México enfrenta un serio desafío en su lucha por alcanzar sus metas de energía limpia. Según datos recientes, el país ha avanzado lentamente en esta área, lo cual ha generado preocupación entre los expertos y organismos internacionales que siguen de cerca la transición energética global.
Avance lento en energía limpia
El gobierno mexicano se había propuesto en 2015 alcanzar una meta de generación de electricidad con un mínimo de 35% de energías limpias para el año 2024. Sin embargo, el ritmo de crecimiento en esta área ha sido insuficiente para cumplir con dicho objetivo. Hasta ahora, las energías renovables representan solo una parte del total de la matriz energética nacional.
Las cifras actuales destacan que se necesita un esfuerzo significativo para cerrar la brecha existente. Esto incluye el desarrollo de nuevas infraestructuras y políticas más enfocadas en estimular la inversión en energía renovable. A continuación se presentan algunas estadísticas claves:
- En 2022, la generación de energía limpia alcanzó apenas un 23.5% del total.
- El objetivo es lograr un 35% para 2024, lo cual requiere incrementar la capacidad instalada de fuentes limpias.
- La inversión en proyectos renovables ha disminuido un 40% en los últimos tres años.
Expertos del sector energético advierten que sin un plan bien estructurado y políticas claras, será complicado que México pueda reducir su dependencia de combustibles fósiles. Además, hay preocupaciones sobre el impacto ambiental que esto podría tener. En palabras de un especialista en el tema:
“La transición energética no solo es una necesidad económica, sino también un imperativo ambiental. México debe acelerar sus esfuerzos para cumplir con sus compromisos internacionales.”
Para enfrentar estos retos, se sugiere adoptar medidas como incentivar la inversión privada, mejorar el marco regulatorio y fomentar la colaboración internacional. Solo mediante un enfoque integral, México podrá cumplir sus metas de energía limpia y contribuir al combate del cambio climático.