En un esfuerzo por potenciar el desarrollo de energías limpias, el Gobierno de México busca aumentar la participación de la inversión privada en el sector. Rocío Nahle, titular de la Secretaría de Energía, anunció que se están explorando diversas alternativas para incentivar la participación de empresas en proyectos que promuevan el uso de fuentes de energía renovable.
Impulso a las energías limpias
Este enfoque forma parte del compromiso del gobierno mexicano de reducir las emisiones de carbono y cumplir con los objetivos internacionales en materia de cambio climático. Nahle subrayó la importancia de adoptar una estrategia combinada que incluye tecnología, inversión y política pública.
“Es fundamental integrar inversiones privadas para llevar a cabo proyectos de energía renovable y cumplir con las metas de sostenibilidad que nos hemos propuesto”, señaló la Secretaria de Energía.
El gobierno está diseñando un marco regulatorio que no solo atraiga la inversión privada, sino que también garantice la transparencia y eficiencia en la ejecución de estos proyectos. Además, se enfatiza la creación de un entorno competitivo que permita a las empresas locales e internacionales participar activamente.
El plan también incluye una serie de incentivos fiscales y simplificación de procesos administrativos para hacer más atractivas las inversiones en el sector energético. Esta propuesta tiene un enfoque integral que considera tanto el aspecto económico como el ambiental.
El sector energético en México tiene un potencial significativo debido a su diversidad de recursos naturales. Hasta ahora, el uso de energías renovables en el país ha mostrado un crecimiento, pero se reconoce que aún existe un amplio margen para expandirse.
- En 2022, las energías renovables representaron aproximadamente el 28% de la generación de electricidad en México.
- Se espera que México aumente su capacidad de energía limpia en un 40% para el año 2030.
El gobierno ha destacado que la colaboración con el sector privado es crucial para alcanzar estos objetivos, al tiempo que se asegura una transición energética justa y equitativa para todos los sectores de la población. Esto no solo ayudará a reducir la dependencia de los combustibles fósiles, sino que también impulsará la economía local mediante la creación de empleos y el desarrollo de nuevas tecnologías.