El fenómeno del nearshoring ha captado la atención como una oportunidad sin precedentes para el crecimiento económico en México. Sin embargo, a pesar del potencial que representa, existen barreras significativas que limitan su desarrollo efectivo. Diversos especialistas han señalado que la falta de reformas estructurales necesarias está obstaculizando la capacidad de México para capitalizar completamente las ventajas que podría ofrecer el nearshoring en el país.

Obstáculos identificados

Uno de los principales desafíos es la infraestructura deficiente. Según analistas, México debe invertir en infraestructura logística y de transporte para mejorar su competitividad a nivel internacional. Además, las reformas laborales y energéticas son cruciales para atraer más inversiones extranjeras. La incertidumbre regulatoria y la falta de claridad en políticas energéticas son preocupaciones constantes para los inversionistas.

Expertos también han mencionado que se requiere una mejora en el sistema educativo para crear una fuerza laboral más capacitada que pueda adaptarse a las demandas del mercado global. Todo esto contribuiría a que México aproveche mejor el auge del nearshoring.

Datos recientes resaltan la problemática actual:

• Inversiones extranjeras directas han mostrado un crecimiento limitado en comparación con el potencial esperado.
• La infraestructura logística sigue siendo un reto significativo con costos de transporte relativamente altos.
• La incertidumbre en el sector energético desalienta nuevas inversiones.

En palabras de un experto del sector, “México tiene una oportunidad única con el nearshoring, pero si no se aplican las reformas necesarias, podemos perder una ventana importante de crecimiento”.

A pesar de estos desafíos, el nearshoring presenta una oportunidad para reconfigurar la economía mexicana y llevarla a nuevos niveles de competitividad global. Sin embargo, este potencial solo podrá ser alcanzado si se toman medidas decisivas que aborden las barreras actuales. Las inversiones en educación, infraestructura, y una política energética más clara y estable son elementos clave para atraer y retener inversiones extranjeras. México tiene el potencial, pero ahora debe dar los pasos necesarios para desbloquearlo completamente.