El Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) fue escenario de importantes interrupciones en sus operaciones debido a un denso banco de niebla que cubrió la zona. La neblina, que se presentó en la ciudad desde las primeras horas de la mañana, llevó a la afectación de un total de 38 vuelos, generando inconvenientes tanto para los pasajeros como para las aerolíneas.

Impacto en las operaciones aéreas

Los retrasos y cancelaciones causaron molestia entre los viajeros, quienes se vieron obligados a modificar sus itinerarios. Según fuentes aeroportuarias, las condiciones meteorológicas adversas fueron las principales responsables de estos problemas. El personal del aeropuerto trabajó arduamente para reprogramar los vuelos y minimizar el impacto en los pasajeros.

De los 38 vuelos afectados, se registraron los siguientes casos específicos:

• 19 vuelos fueron retrasados.
• 12 vuelos sufrieron cancelaciones.
• 7 vuelos fueron desviados a aeropuertos alternativos.

Un portavoz del AICM señaló que estos eventos están dentro de lo que podría considerarse como situaciones excepcionales. A pesar de contar con tecnología avanzada para abordar problemas de climatología, las medidas de seguridad son prioritarias, y en estas condiciones las operaciones aéreas requieren ajustes.

Uno de los pasajeros afectados, Carlos Mendoza, mencionó cómo la situación alteró sus planes en la capital:

“Tenía una reunión por la mañana que me vi obligado a posponer debido al retraso de mi vuelo. Es frustrante, pero entiendo que la seguridad es lo primero.”

La niebla comenzó a disiparse hacia el mediodía, lo que permitió que las operaciones en el aeropuerto retomaran su curso habitual. Sin embargo, las autoridades recomiendan a los pasajeros mantenerse informados sobre el estado de sus vuelos a través de los canales oficiales del AICM.

Estos eventos destacan la importancia de contar con planes de contingencia tanto para los viajeros como para el propio aeropuerto, con el fin de garantizar la seguridad y eficiencia en todo momento. Las aerolíneas tampoco son ajenas a estos desafíos, y trabajan continuamente en mejorar sus protocolos de respuesta ante eventos