Al término de su mandato presidencial, Andrés Manuel López Obrador se despidió con un evento en el Zócalo capitalino que no estuvo exento de controversia. Manifestantes acudieron para expresar su descontento con la reforma judicial que se promueve desde el Ejecutivo.
Protestas en el Zócalo
Un grupo considerable de personas se reunió en la Plaza de la Constitución para protestar contra las modificaciones propuestas para el Poder Judicial. Entre los manifestantes había jueces, abogados y ciudadanos preocupados por lo que consideran una «amenaza a la independencia judicial».
«No podemos permitir que se vulneren las garantías de un sistema judicial independiente», declaró uno de los jueces presentes.
A pesar de las protestas, López Obrador abordó el tema en su discurso, defendiendo la reforma y argumentando que es necesaria para combatir la corrupción en el sistema judicial. Sin embargo, sus palabras no lograron calmar a los inconformes.
La reforma propone, entre otros cambios, la reestructuración del Consejo de la Judicatura Federal y la reducción de los privilegios bajo los cuales operan los jueces. Los puntos clave de la reforma incluyen:
- Reducción de salarios para jueces y magistrados.
- Mayor control sobre asignación de casos.
- Implementación de un sistema de evaluación para desempeño judicial.
Este evento marca el final de un sexenio caracterizado por altos y bajos, así como por decisiones controvertidas que han generado múltiples opiniones entre ciudadanos y expertos. La reforma al Poder Judicial es, indudablemente, una de las más polémicas del mandato de López Obrador.
A medida que el país se prepara para un nuevo gobierno, la discusión sobre esta reforma y su impacto futuro en México continúa siendo un tema central en la agenda política y social del país.