La Rosca de Reyes es más que un simple pan; es un ritual lleno de historia y significado para muchas familias mexicanas que se celebra el 6 de enero. Este día se conmemora la llegada de los Reyes Magos al portal de Belén, y con ello, el fin de las festividades navideñas. La tradición de partir la rosca es esperada con entusiasmo, no solo por su sabor, sino porque en su interior se esconde una sorpresa: pequeñas figuras de plástico que simbolizan al Niño Jesús.
Un símbolo de unión familiar
La Rosca de Reyes es un elemento central de las celebraciones, no solo por su exquisito sabor, sino por el significado de unión y comunidad que representa. Las familias se reúnen en torno a este pan decorado con frutas cristalizadas y azúcar, y juntos lo parten para descubrir quién tendrá el privilegio y la responsabilidad de organizar el Día de la Candelaria, el 2 de febrero.
La forma de la rosca, circular y sin principio ni fin, simboliza el amor eterno y la unidad familiar. Las frutas cristalizadas que la decoran representan las joyas de las coronas de los Reyes Magos, mientras que los niños escondidos en su interior recuerdan el episodio bíblico de la ocultación del Niño Jesús para protegerlo de Herodes.
Esta tradición también impulsa la economía local. Según datos de la Asociación Nacional de la Industria Panificadora y Similares de México (ANIPAN), en México se producen al menos 30 millones de roscas durante esta temporada, generando ingresos significativos para los panaderos del país.
- 30 millones de roscas producidas en México
- Generación de ingresos para la industria panificadora
El consumo de roscas también se ha adaptado a los tiempos modernos, con panaderías ofreciendo variantes de este dulce tradicional. Actualmente, las hay rellenas de nata, crema de avellana, y otros saborizantes que enriquecen la experiencia para cada paladar.
“La rosca es más que un postre; es una celebración de unidad familiar y tradición”, mencionan expertos en cultura popular.
Así, cada año las familias mexicanas