Las fuerzas de defensa de Israel (FDI) ingresaron al sur del Líbano para enfrentar a militantes del grupo Hezbolá, en un conflicto que ha intensificado la tensión en la región. Este enfrentamiento se produce en medio de una serie de intercambios de fuego entre las fuerzas israelíes y Hezbolá, lo que ha generado preocupación sobre una posible escalada de violencia.
Conflicto en aumento
El ingreso de las FDI al Líbano se realiza en un contexto de alta tensión. Las operaciones terrestres en la frontera son una respuesta directa a los ataques recientes de Hezbolá contra posiciones israelíes. En las últimas semanas, ambos bandos han intercambiado bombardeos, lo que ha resultado en varias víctimas y una creciente incertidumbre en la zona.
Un portavoz del ejército israelí declaró que el objetivo principal de la incursión es “neutralizar las amenazas de Hezbolá y garantizar la seguridad de los ciudadanos israelíes”. Además, añadió que esta acción es necesaria para detener futuros ataques y prevenir una mayor escalada del conflicto.
“Estamos tomando medidas decisivas para proteger nuestras fronteras y nuestros ciudadanos,” comentó el portavoz.
Por otro lado, Hezbolá ha denunciado la incursión israelí como una violación de la soberanía libanesa, y ha prometido responder con fuerza a cualquier acción militar israelí.
“No quedaremos de brazos cruzados ante esta agresión,” afirmó un alto representante de Hezbolá.
- Desde principios de octubre, se han registrado más de 20 intercambios de fuego entre ambas partes.
- En los últimos días, al menos cinco soldados israelíes y ocho militantes de Hezbolá han muerto en los enfrentamientos.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la escalada del conflicto y ha hecho un llamado a la calma. La ONU ha instado a ambas partes a ejercer moderación y a buscar una solución pacífica a través del diálogo. Sin embargo, la situación en el terreno muestra pocas señales de desescalamiento.
Este aumento de las tensiones entre Israel y Hezbolá se produce en un contexto más amplio