La comunidad de Tixtla, en el estado de Guerrero, sigue enfrentando graves inundaciones tras la devastación provocada por el desplazamiento del huracán “John”. Con 12 días sumergida, la población pide ayuda urgente a las autoridades y organizaciones civiles.
Inundaciones persistentes y falta de apoyo
El huracán “John”, que impactó la costa del Pacífico mexicano hace casi dos semanas, dejó a Tixtla bajo el agua. Además de la destrucción de viviendas y la pérdida de cultivos, los habitantes enfrentan una enorme crisis humanitaria. Un residente expresó su angustia:
“Hemos estado esperando apoyo, pero hasta ahora la ayuda ha sido insuficiente”.
A pesar de los esfuerzos para drenar el agua, las inundaciones continúan afectando intensamente la vida diaria de las familias que lo han perdido todo. La capacidad de las infraestructuras de drenaje ha sido sobrepasada, lo que contribuye a la lenta recuperación de la comunidad.
- Tixtla lleva 12 días bajo el agua.
- Afectaciones en viviendas y agricultura.
- Infraestructuras de drenaje ineficientes.
Las organizaciones de protección civil y voluntarios locales han hecho un llamado a la sociedad y al gobierno para que se movilicen con mayor rapidez y eficacia. Hasta el momento, las autoridades han desplegado recursos básicos, pero muchos aseguran que no son suficientes para cubrir las necesidades inmediatas.
La salud de los residentes también está en riesgo. La acumulación de agua estancada promueve la proliferación de mosquitos y otros vectores de enfermedades. Esto se suma a la falta de acceso a agua potable y alimentos, lo cual complica aún más la situación.
- Riesgos de salud por agua estancada.
- Falta de acceso a agua potable.
Los tixtlecos han demostrado una gran solidaridad interna, pero la magnitud del desastre requiere apoyo externo. Se espera que en los próximos días lleguen más recursos y personal para ayudar en los esfuerzos de rescate y reconstrucción.